Cuando Bernie Madoff fue calificado como el mayor estafador del mundo mediante un Esquema Ponzi por el volumen de millones de dólares que había robado a sus víctimas durante los 20 años de permanencia de su entramado financiero los profesionales del sector entendieron que había sido el precursos y formador de las nuevas estafas que seguirían surgiendo.
Lo que nadie podía imaginar era que sus mejores alumnos en cuanto a eficacia, imaginación y volumen de millones sustraídos en mucho menos tiempo iban a ser los políticos de izquierdas, pero aún menos cabía esperar era que los primeros de la clase fuesen los de España.
Con un formato de impuestos equitativos y la palabrería argumentativa de este tipo de psicópatas, el Gobierno de España ha conseguido desarrollar el Esquema Ponzi de mayor envergadura y dificultad de defensa para los ciudadanos que nadie podía imaginar.
El Esquema Ponzi se basa en la capacidad para vender una «historia» que permita conseguir clientes a los que pagar los «supuestos beneficios» de «increíbles y supuestas operaciones financieras» con el dinero obtenido de los anteriores.
En el lado privado que se conocía de esta estafa, el timador debía demostrar una gran capacidad comercial y al menos cabía la posibilidad de que el cliente pudiese decidir si invertía o no.
Al llegar al lado publico, la administración, los gobiernos y mejor que ninguno el Gobierno de España ha conseguido crear un papel envoltorio absolutamente indefendible por parte de los ciudadanos. Se interpone como impuestos, regulados por ley, orquestados por los gobernantes y a los que los ciudadanos no tiene la más mínima posibilidad de defensa.
Crear impuestos para que los actuales emprendedores del país (autónomos y pymes), los que realmente generan el desarrollo económico y están más expuestos a los abusos gubernamentales por su falta de posibilidades económicas para contratar los especialistas adecuados para evitar dichos abusos, podía parecer normal, pero «aumentar y crear impuestos equitativos» para obligar a que los que están trabajando en este momento le paguen las pensiones a los que «ya cotizaron» y por lo tanto ese dinero lo tenía el Estado…
Pues sí, ahí está la pregunta que ninguno de los que participan en la posición que sea en el tablero de juego se atreven a hacerle al Gobierno.
¿DONDE ESTA EL DINERO QUE YA HABIAN PAGADO LOS QUE YA HICIERON SU INVERSION «OBLIGATORIA» EN EL ESTADO Y CUANTO TENDRAN QUE PAGAR LOS SIGUIENTES PARA PENSIONAR A LOS QUE AHORA ESTAN CUBRIENDO EL DINERO DESAPARECIDO?.
Recordemos la famosa frase «se aprende más de las estrategias del mal que de las ideas del bien».
Por ello pienso que la injusticia no es lo que acabo de explicar, sino que a Ponzi no le dieran el Premio Nobel de Economía» por su aportación no solo al sector sino al mundo entero.
Ánimo y adelante.
Próximo artículo: La corrupción se convierte en el nuevo post-grado de la carrera judicial.
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